jueves, 24 de febrero de 2011

Algo de mi (2a entrega)




La UNAM, el siguiente paso. Si, estudié como cualquier otra persona, la que sea, cualquiera estudiaba más que yo, para ingresar a la UNAM. Sueño compartido de varios, mi papá, mi mamá, mis amigos. Pasé el exámen y dicen mis fuentes que mi padre saltó de emoción, como si supiera lo que sucedería ahí, como si estuviera cierto que ahí estaba el amor de mi vida y sus nietos. Porque eso fue lo más importante que me dio la UNAM, conocer a esa mujer que se convirtió en mi novia solamente por 9 años y después mi esposa y madre de mis hijos.
 La idea era graduarme, como Ingeniero Industrial, rimbombante titulo, lo sé. No se pudo, pero que demonios, aprendí otras cosas como jugar frontón con un entrañable amigo, Raúl Peña, que a la postre sería mi mejor alumno en ese y otros deportes; aprendí a organizar un Congreso de Finanzas Empresariales, el primero de la Facultad, en medio de la huelga más absurda que yo tenga recuerdo. La grandeza de esa institución y el empeño de todos los organizadores hicieron que el Congreso fuera un éxito, a pesar de que el primer orador no llegó. Raúl, recuerdas nuestras caras? No sabíamos que hacer, salí volando a casa de mi papá por una computadora para poder proyectar. En fin, todo salió bien.   
“No voy a regalar puntos, así hayan puesto 1 - 1 = 1…” dijo la maravillosa Leda Speziale de Guzmán, maestra de geometría analítica. Y no, no le dio ese punto a mi novia. Sacó 59 y tuvo que irse a segunda vuelta. Que risa. Perdón por el balconeo esposa.   
Difícil entender y más explicar porque no pude mentalmente con la carrera, el caso es que no pude más y me fui de mi amada UNAM.
A trabajar, no había de otra. Comencé a hacerlo pero siempre con la meta de terminar la carrera, una carrera. Me preparé para entrar al ITAM y lo logré. No fue sencillo, fue muy tenso todo, tuve mucho miedo de no poder. Pude con casi todo, menos con una pequeña piedra y con un nivel de intolerancia importante. No entro en detalles, pero Economía III me destinó al siguiente madrazo de vida. Ahora que lo pienso, creo que por eso no me he peleado con nadie, los madrazos que me he dado han sido suficientes. 
Ahí estaba yo, parado enfrente de la lista en la que se leía NA. Troné la materia y con ella mi estancia en ese Instituto. Comparto con ustedes el sentimiento de soledad de ese momento. No lo podía creer, acreditar más del 65% de las materias, tener un promedio aceptable y no poder seguir por una materia.   
“Tengo dos opciones: dedicarme a trabajar muy duro durante muchos años sin aspirar a crecer y tener lo que uno sueña o, alzar la mirada y seguir luchando por ello…” Literal, eso es lo que pensé en ese pasillo solitario.
El primer paso difícil, decirle a mi papá. Recuerdo haber ofrecido disculpas, le agradecí todo el apoyo y le dije que de ahí en adelante iba solo. CUMDES, Tec de Monterrey, ideas locas, de todo hice en poco tiempo para poder seguir con mi idea de tener un título universitario que me diera la oportunidad de crecer.   
Llegué al estacionamiento de la UVM campus Tlalpan. Llore contigo, tenía mucho miedo. Entré sin saber a donde ir. Dos chavos, que nunca supieron la ayuda que me dieron, me dijeron “hola amigo, ¿que buscas?” -  “Informes por favor” - “Ven, te llevamos”. Me sentí bien recibido por dos personas que no tenía idea de quienes eran. Algo me hizo saber que ahí tenía que ser. Me enteré que había un campus en San Angel y me fui para allá. Pasé los exámenes de admisión y surgió otro problema: ¿como la iba a pagar?   Una persona, dos en realidad, ayudaron: Manolo Fernández y su hermana. Me compraron el equipo fotográfico para poder pagar la inscripción y la primera colegiatura.
Me llamaron de Iké Asistencia para reportarme a trabajar. Así comenzó mi historia en esta gran empresa. Trabajaba de domingo a viernes y asistía a la Universidad de lunes a sábado. No había día de descanso. Esa era la única alternativa y surgió mi lema de “no hay opción”. Acredité materias como podía. Quería casarme y no tenía mucho más tiempo. El último año solo acredité 20 materias y lo logré, termine la licenciatura, casado, trabajando y esperando al primer hijo, al Mijo.   
Mis papás nunca supieron como me educarían, como dije en la pasada entrega, pero ni ellos ni la vida se equivocaron. Se pudo, lo logré, lo logramos, así que por favor, nunca vengan a decirme: “es que no se puede”, “es que es complicado”… Si, es complicado, pero si se puede.   
Gracias Gabriela, gracias Martha, gracias Enrique, gracias Juan Manuel, gracias Marco. Su confianza y presencia en esos tiempos fue determinante para lograrlo. Obvio, gracias Dios.


Rabia.   


Para el final: No, no hay opción, ok? 


La siguiente entrega, la primera crónica de Mis Impostores del Norte A.C.

4 comentarios:

  1. Dicen que recordar es volver a vivir y creo que tienen razón; incluso quizás hasta se disfrutan más.
    ¿Que si me acuerdo de nuestras caras en el congreso? Me acuerdo hasta del dolor de estómago que tuve al saber que la primera ponencia, aquella con la que arrancaba el congreso después de tantas vicisitudes, no tenía ponente!!! Al final, como bien dices, todo salió bien. Carlos, quien era mi maestro en Administración o algo así, se había ofrecido, ese mismo día, a apoyarnos en cualquier cosa que requiriéramos,..., no pensé que tuviéramos que tomarle la palabra tan rápido. Muy buena conferencia la verdad y sobretodo muy divertidos recuerdos!
    Del frontón qué más puedo agregar si no que cuando quieras otra vez clases de baile, con gusto vamos!
    Mucha razón tienes en mencionar algo que yo definiría como tesón, coraje, corazón. Sin ello por mucho que se tengan otras cualidades, difícilmente se alcanzarán las metas que uno mismo se ponga. En efecto, a veces, muchas veces, no hay opción, pero eso nos ayuda a formarnos, a forjarnos y a crecer.
    Dicen que atrás ni para tomar vuelo, pero estoy seguro que ahora que ves en retrospectiva muchas cosas, como aquellas a las que haces mención, seguro te sientes muy orgulloso de tí mismo. Yo lo estoy.
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Parte de esa historia la sabia , y otra me toco vivirla en nuestra querida UVM que fue muy cajeto como te apañe de compañero de equipo, y de ahi todo fue hacia adelante, si es verdad que a veces las puertas parecen todas estar cerradas, pero siempre hay una que te da el camino, es valido decir "es dificil" "lo veo complicado" pero es mucho mas cobarde no intentarlo ! te felicito por la buena frieguita que por la que has pasado, pero todo tiene recompensas y resultados ....
    Saludos !

    ResponderEliminar
  3. Amor, ya ves que no soy buena para esto pero sabes bien lo que sentí al leerte . Te amo!

    ResponderEliminar
  4. Hermano:

    Gracias por compartir parte de tu vida que no conocía a fondo. ¡El colmo! Te quiero y te admiro. Especial abrazo por este gran esfuerzo... Escribes de pelox.

    Tu hermana... la Teresa

    PD Besos y abrazos a la Gaby y los chicos.

    ResponderEliminar