lunes, 25 de abril de 2011

Santisima Semana (s)

Lunes 25 de abril. Termino la Semana Santa.

Pero vayamonos más atrás, al viernes 15 de abril en el que, una vez mas, tratando de demostrarle a la vida que esta equivocada y que un tipon como yo, "sano", a los 35.9 años de edad, pude jugar fútbol a un altísimo nivel, me fracture un pie.

Ni Andrés Guardado (bueno, creo que si) puede presumir dos lesiones en dos años. Ok, no es presunción pero es la realidad. Ligamento cruzado anterior de pierna izquierda hace dos años. Hoy, fractura de metatarso. Motivos suficientes para decirle a la vida: ok, tienes razón, ya no estamos para esas.

El caso es que ese viernes, con el dolor en el pie, con miedo en la garganta y lagrimas en los ojos, supe que la pasaría mal, de nuevo; y conmigo, mis cómplices.

Y no estaba lejos de tener razón. En puerta estaba la Semana Santa que, si bien no se había planeado nada extraordinario, un cojo inútil vendría a darle en la Santisima Madre (recordar que son días santos) a la vacación.

Lo que nadie sabia era que si algo me distingue es el buen ánimo y espíritu de lucha y trate, por todos los medios, de que las cosas salieran bien... y lo logramos. Lo logramos la Unfollower, los Mijos y el inútil cojo que tienen como esposo y padre respectivamente.

Primera parada: la granja del tío Pepe. Entre tantos Pepes me pregunte si no había una granga del sobrino Benito, digo, para darle un giro al nombre. El caso es que la dichosa granja no era lo suficientemente grande e imposible para vencer mi ilusión de ver a los Mijos alimentar a cuanto animal se exhibía. Vacas, cabras, conejos, burros, pollos, gallinas, borregos, una granja en forma pues.

Viernes. A casa de la tia Isabel. Mas lejos que la granja pero igual de divertida y sin tantos animales. "Pata rota? que importa, préndente el carbon, no? es que nunca he encendido este asador, todos los invitados lo han hecho". Mira nada mas, pensé, que ovoides tan azules. Como maestro carbonero que soy, encendí el fogón. La tarde fue buena, alberca para los menores, chelas y rica comida para los mayores.

Sábado de Gloria. Casa!!!! por fin, un respiro para este cojo inútil. Ok, no. Asador, carnita asada, globos de agua, en fin, acapulco en el jardín. Yo, haciendo y tratando de hacer todo desde una silla. Pude hacer poco, pero la imagen de los hijos de su madre corriendo por todos lados, en el jardín, en la calle, rindo, llorando, quejandose, me dio luz para entender que esa casa había sido el mejor regalo que Dios me había dado para ellos.

Domingo de resurreccion. Tempranito bañado y trabajando para resurgir. Paseo en carro por la Colonia Condesa, por el segundo piso del periférico y en la tarde en casa del abuelo para festejar su cumpleaños. Jugaba el Atlante, ese glorioso equipo el cual mi padre ama, contra las pobres Aguilas del America. Se acerca el Mijo con el abuelo y éste le dice: "Les guste o no les guste, les cuadre o no les cuadre, el Atlante es su padre y si no, chinguen a su madre...". Me quede helado al saber que los castos oídos del Mijo escuchaban semejante peladez. Sin embargo, su respuesta fue la de un maestro, es decir, de su papá: "y si no, que le vayan a Pumas!"

Asi fue esta Semana Santa que, hace dos semanas se veía sumamente oscura y hoy puedo decir lo que siempre he dicho, la actitud y el optimismo sacan adelante cualquier situación, por complicada que parezca.

Para el final.

Esta vacación no hubiera sido nada sin el entusiasmo de la Unfollower y las risas de los Mijos. Gracias a ellos que soportaron al cojo inútil.

Desde el fondo del corazón y desde el hemisferio izquierdo del cerebro, agradezco y me despido, adiós y gracias Impostores, adiós y gracias Galacticos, adiós y gracias canchas.

Rabia.

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